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Actualidad: Jóvenes menos Populares entre sus Pares tienen más Riesgo de Fumar

Revista Addiction. Un estudio sueco demostró que tienen tres veces más posibilidades de ser fumadores cuando adultos, algo que podría prevenirse con una mayor integración. 

Por Sebastián Urbina

Con la ilusión de ganar la atención y la popularidad que les falta, los adolescentes menos aceptados por sus pares en la escuela es más probable que fumen -y lo sigan haciendo cuando sean adultos-, respecto de quienes son los "favoritos de la clase".

Así lo revela un estudio realizado por la Universidad de Estocolmo, Suecia, que se publica en la edición de diciembre de la prestigiosa revista Addiction.

En la ocasión, los 2.329 participantes fueron entrevistados a los 13 años, acerca del estatus que tenían entre sus pares en la escuela, y luego a los 32 acerca de su hábito de fumar (ver recuadro).

Los resultados demuestran que mientras menos popular es un adolescente, se triplica la probabilidad de que se transforme ya sea en un fumador regular (de menos de 20 cigarrillos diarios), o exagerado (de más de 20 cigarrillos al día).

Sólidos Resultados

Para el doctor Daniel Seijas, psiquiatra y jefe de la Unidad de Tabaco de Clínica Las Condes, "este es un trabajo importante, ya que se realiza con miles de personas y una gran cantidad de años de seguimiento", dice.

Otra fortaleza, según explica, son sus sólidos resultados.

"Hasta ahora sabíamos que los adolescentes con más problemas de autoestima, de ansiedad, déficit atencional y trastornos conductuales eran más propensos a las adicciones, como fumar o consumir drogas", advierte Seijas.

"Pero este estudio nos muestra algo más sutil, como es el hecho de que no ser popular es también un factor de riesgo", agrega este especialista.

Según el psicólogo Max Möller, magíster en adicciones de la U. Complutense de Madrid y terapeuta del Centro de Atención Clínica Cetep, "en general, los adolescentes con menos éxito social y menos integrados a un grupo, son más vulnerables a presentar problemas conductuales".

Esto los lleva a tener conductas como el consumo de sustancias o fumar, para enfrentar esta exclusión.

El estudio sueco muestra que el alumno que no es popular empieza a fumar buscando algo de esa atención e integración que se le niega. Pero después, a través de la adicción a la nicotina, continúa con su hábito durante la adultez.

Por esto, hoy se tiene claro que un buen programa antitabaco en la escuela tiene más probabilidades de tener éxito si aumenta la integración y la aceptación de los estudiantes, al mismo tiempo que transmite actitudes negativas hacia el fumar.

Lo anterior, según los investigadores, no sólo reduce las tasas de tabaquismo sino que logra beneficios por el hecho de integrar a jóvenes poco populares, lo que tiene una influencia positiva en las conductas de salud futuras.

"Se ha visto que las intervenciones para prevenir estas conductas a los 8 y 10 años andan bien, pero a los 14 a 15 años ese progreso se pierde por la influencia de la publicidad y otras presiones del ambiente psicosocial", explica el doctor Seijas.

En este tema se ve también que hay una relación entre el fumar y la relajación, por el hecho de que el fumador aspira profundamente, "algo que lo podría relajar sin necesidad de tener un cigarrillo en la boca", detalla este especialista.

"Hoy existen programas en que la comunidad se preocupa de integrar a los adolescentes, cuando existen problemas de consumo de drogas o de tabaco, de violencia o de infracción a la ley. Esto reduce el riesgo para estos jóvenes", explica Möller.

Una Buena Medición

Otro aspecto destacable de este trabajo es que la popularidad de los jóvenes no se midió con la opinión del propio afectado.

Por el contrario, a todos los estudiantes de una escuela se les pidió nombrar a tres compañeros con los cuales les gustaba trabajar.

Al revisar las respuestas del establecimiento, los investigadores identificaron a quienes obtuvieron 0 mención de sus compañeros (estudiantes marginados); una vez (alumnos periféricos); 2 a 3 veces (aceptados); 4 a 6 veces (los populares), y 7 o más veces (los favoritos de la clase).

Los estudiantes que obtuvieron menos nominaciones se asume que son los menos aceptados y respetados dentro del grupo, por lo que son los que tienen menos amigos.