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Actualidad: Hablar Dos Idiomas tiene Beneficios que son para Toda la Vida

La mente se hace más aguda. Los niños bilingües se enfocan mejor en lo que hacen y se adaptan mejor a los cambios, mientras que en la vejez se retrasa la aparición de alzheimer. 

Por Sebastián Urbina

En un mundo globalizado, hablar dos idiomas es una ventaja evidente. Pero las investigaciones que últimamente ha hecho la neurociencia demuestran que ser bilingüe tiene beneficios más allá de poder comunicarse con más gente.

Hoy se sabe que esta condición obliga a un uso más intensivo de las redes neuronales, lo que agudiza el pensamiento de las personas y le trae beneficios para toda la vida.

Por ejemplo, cuando un niño bilingüe habla en un idioma, las redes dedicadas al otro también están activas.

"Se activan centros de memoria en distintas áreas cerebrales que permiten que exista una palabra en dos idiomas, para una misma idea u objeto", explica el doctor Patricio Ruedi, neurólogo de la Clínica Las Condes.

Esto al principio hace que la persona se demore más en nombrar un objeto, y aumenta los episodios de "lo tengo en la punta de la lengua". Pero, con el correr del tiempo y la práctica, el cerebro se hace más rápido en mover el interruptor y cambiarse de lengua.

Más Adaptables

Según el doctor Ruedi, "el usar uno u otro idioma requiere dejar que a nivel cerebral uno de los dos tome mayor importancia y, para eso, el otro debe inhibirse".

Esto lo coordina una zona del cerebro llamada corteza prefrontal, que es un sistema de control que mantiene a la persona enfocada en lo importante, en este caso, hablar el idioma que necesita en ese momento.

Para esto, en forma simultánea debe inhibir la otra lengua, ejercicio que a estas personas les ayuda a concentrarse en lo que hacen y evitar las distracciones.

Los doctores Viorica Marian y Anthony Shook, de la U. de Northwestern, en EE.UU., explican que se han hecho pruebas con resonancia magnética en que personas que hablan un idioma y otras que hablan dos deben escuchar palabras con un ruido de fondo.

En el caso de los bilingües, se activan más neuronas auditivas que les permiten escuchar con mayor atención y saber qué se está diciendo.

Ellos tienen una sintonía fina mayor que quienes hablan sólo una lengua. En estos últimos, el ruido de fondo los puede confundir más fácilmente.

Todas estas ventajas le otorgan al bilingüe una mayor facilidad de aprendizaje y más flexibilidad de pensamiento.

Algo que desde los primeros años de vida les permite adaptarse mejor a las condiciones ambientales cambiantes y a la modificación de las reglas del juego.

Son estas condiciones las que explican por qué alguien bilingüe logra aprender un tercer idioma con más facilidad, que quien habla un idioma y aprende una segunda lengua.

"Son personas que usan de manera más equilibrada los dos hemisferios cerebrales, lo que los hace más sensibles a los cambios externos.

Pero también planifican mejor lo que dicen y, en forma permanente, están monitoreando lo que hablan", explica Cristina Arancibia, doctora en Lingüística, de la Facultad de Letras de la U. Católica.

Pero además de que varias funciones cerebrales mejoren en quienes hablan un segundo idioma, se ha visto que en ellos también hay cambios en la estructura del cerebro.

Por ejemplo, aumenta la materia gris de la corteza parietal izquierda, la zona que hace de interruptor para cambiar de idioma.

Asimismo, en los bilingües hay una mayor cantidad de materia blanca, que se relaciona con más conexiones entre neuronas.

Para el doctor Ruedi, el constante uso y estimulación "de los circuitos de la memoria crean una mayor capacidad de memoria, que se expande, lo que permite que los pacientes con alzheimer manifiesten los síntomas de su enfermedad varios años más tarde".

Otros expertos consideran que las personas bilingües, cuando comienzan a envejecer y van declinando sus capacidades, están aptos para utilizar otras redes neuronales que les sirven de reserva para mantenerse lúcidos.

66% de los niños del mundo son criados en la actualidad como bilingües, según el Worldwatch Institute.